dimarts, 10 d’agost del 2010

Magic ‘93


Al despertar me aconsejaron ir a verlo. Llevaba toda la mañana amenazando muerte y un año apagándose. Bajé las escaleras por las que él hubiera salido pitando hacia la calle. Sus arañazos y mordiscos, sus juegos y ronroneos no sonaban. Estaba en la cesta de mimbre, acomodado en sus cojines pero exhausto, miró de reojo, me estaba esperando, no pudo saludarme con su miaaau de bienvenida pero me dedicó un leve movimiento de cola y su último suspiro.

Jose? 2010_08_02