-Le cobran en aquella fila de la izquierda, si no le importa. Póngase en ella y vaya abriéndose el pecho. Recoja su luna redonda en la última planta y allí mismo se la envolverán para regalo, si quiere. Recuerde que, en el supuesto de no quedar satisfecho, sólo se la cambiarían por una luna normal, plana, previa muestra de su cicatriz en caja y, en cualquier caso, nunca recuperando su alma. Encantados de servirle, quedamos a su entera disposición, esperando su próxima visita y, ya conoce nuestro lema, “el mejor regalo, es el que no cuesta dinero”.
2011-02-06- jose?