
Me ve en el banco del andén y me coge delicadamente creyéndome débil. Me hojea con rapidez y me mete en su mochila pensándome útil. Mochila de olor a cloro y tacto de humedad que amenaza con arrugar mi fino y amarillento gramaje cual papel de fumar, pero me trata con cariño y me acurruca en una gran bolsa de bordes blancos y laterales amarillos para que no sufra demasiado. Me siento contento y no pienso replicar con mis tapas duras en esta cárcel de plástico, porque hoy me han visto desvalido y me han acogido con calor. Me han abierto con ganas y han colmado mis ansias por ser leído de nuevo.
Y hoy, por hoy, me libro.
Y hoy, por hoy, me libro.
Jose? 2008_04_27
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada