dimarts, 17 de desembre del 2013

Las pájaras van al cielo

Su conciencia no podría soportarlo, ella es buena.
Perica, que así se llama la periquita de su difunto marido, y ella, no se llevaban bien. Perica trinaba por las mañanas cinco minutos antes de sonar el despertador. Perica revoloteaba por toda la casa, todo el día. Perica hacía sus necesidades por doquier y encima de cualquiera. Perica le picoteaba el cuello mientras fingía que amaba a su marido. Perica, cuando llegó el final, se acurrucó bajo la mano de su amo en silencio. Petra iba a matar dos pájaros de un tiro, pero no pudo con aquel gorjeo bajo la tapa y la abrió.

2013_12_07- jose?