dimarts, 10 de novembre del 2009

Rencor


La sangre sobre la nieve es más roja. Humea vapor carmesí. Se expande ondeando en círculo. Extiende largos dedos. El cuerpo inerte en bellísima estampa, obra de arte efímero.
La caída apenas duró dos segundos. El empujón fue limpio. Subido en el taburete, con el torso fuera, como siempre, fumando, mirando la calle, hiciera frío o calor, lloviese o nevase. Nevaba.
Ocurrió tres o cuatro veces. Siempre se arrepentía. Yo olvidaba motivos. El espejo mostraba el cuadro, “dedos marcados” podría ser el título.
Hacía años que no nevaba en la ciudad.
2009-10-15- jose?