Rutinariamente, intercambio sus pulseras identificativas. Lo agradecen con algunos clips, tarjetas o pequeños favores, ventajas de haber sido el creador del sistema. Lo hacemos en los lavabos, único espacio que diseñé sin elementos de seguridad, apelando a la intimidad personal, sin pensar que podía ser la mía. Al salir, sensores leen todas las pulseras, leds marcan el camino, cámaras siguen cada recorrido y el programa asigna la tarea diaria, personal e intransferible, acorde a la capacidad y actitud de cada uno. Esclavismo planificado, similar al practicado por las polinacionales del exterior. Por eso, día a día, permuto sus vidas con halo de libertad entre rejas. 2010-11-04- jose?
1 comentari:
on s'amaga la intimitat de la persona? i es comença de petit! (al menjador amb lector de la emprempta de cada infant)
està força bé! (però ja en tinc de preferits! ;-)
PtonsX2
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