Nadie, en varios kilómetros a la redonda, sabría decir su nombre. Lo que no se utiliza se olvida y nuestro cerebro borra lo que duele. Pedí auxilio en todos los idiomas, al ver mi boca ensangrentada, se apartaban sin más, no reconocían lo que veían, no empatizaban con el dolor. El acceso debería ser más fácil para los recién llegados, con tales pruebas de iniciación no se va a ninguna parte. Así que, me levante y recogí mis dientes.
2011-01-08- jose?
1 comentari:
Ostia, quin mal.
Publica un comentari a l'entrada