dilluns, 3 de març del 2008

Cántame


- Llegaste pronto hoy.
- Sí, un mal día.
Eran las diez y treinta y seis. Me sirve la cerveza sin más, sabe perfectamente que la estupidez se me pasa al cuarto de hora y con dos cervezas bien servidas, bien frías.
- Toma tu cerveza. Tienes que dejar de trabajar.
- No me des la murga, no seas uno más. ¿Quien coño toca hoy?
- Por ahí ronda Juako, pero aún no empezó.
- ¡Uf! ¡Qué bien!- Al menos hoy tendré unas risas antes de morir en la cama, cuando hay cansautores te remueven las entrañas y te vas a morir peor de lo que viviste, pienso para mí.
- ¿Qué tal el viaje Juako?
- Ya sabes, libreta en mano y escribiendo temitas.
Empieza a tocar sin más, somos los cuatro gatos de siempre, dispuestos a reír, intentando olvidar la buena cara obligada de cada mañana antes de entrar al trabajo, esa cara de circunstancias para que nadie sospeche el porqué de tus ojos rojos.
- Es la alergia- les digo cada mañana, sin bacilar, para ser más creíble.
Pero hoy no puedo, hoy no me da la gana, hoy no tengo ganas de pasármelo bien, de estar con gente, de reírme, de reírme de nada.
Me acabo la tercera cerveza en media hora, pero pido otra para que no se diga.
- Adiós - ahí os quedáis vosotros y vuestras excentricidades, me digo.
El taxista me jode vivo dando alguna vuelta más de la debida y con ganas de conversación, ¡lo que faltaba!
Llego a casa antes de la una, cosa que me repatea porque sé que no podré dormirme sin haber rebasado las dos.
¡Joder! Ya son las 8 y empiezo el ritual. El sol en los ojos, la estocada de cada mañana y la alergia aflorando.
- Llegaste pronto hoy.
- Sí, una mala noche.
Eran las nueve y cuarenta y uno. Demasiado tarde para pasar desapercibido en el despacho. Y aunque saben perfectamente que hasta las once no soy persona, insisten en preguntarme banalidades del día a día., incluso del fútbol y el tiempo se atreven a hablarme, son ilusos al uso.
- ¿Qué tal anoche?
- Bien.
- Tú si que vives bien, sin obligaciones, sin cargas, cada noche por ahí de bar en bar, de bohemio por la vida escuchando cantautores.
- Cansautores - les digo mil veces, pero ni puto caso.
El día pasa largo, deseando tomarme una cerveza escuchando a algún cansautor desaprensivo. Pero no hay manera, las horas no pasan.
Pero todo llega, cañita, casita, duchita…
- Llegaste tarde hoy.
- Sí, un buen día.