dilluns, 10 de novembre del 2008

Ojo, crítico


La serpiente me quedó más gorda de lo previsto y como también quería un elefante, me faltó espacio. Se me ocurrió que la serpiente se tragara al elefante y la idea me pareció absurda por inverosímil. Abandone la fauna y acabe pintando un sombrero gris sobre fondo negro. Firme el lienzo y lo llame “la oveja negra”. Así tuve acabada la exposición para la galería Animalias.
En la inauguración todo fueron falsos elogios y palmaditas en la espalda. Los entendidos y especialistas en arte animal, acabaron viendo un elefante dentro de una serpiente. Tampoco entendieron el nombre del cuadro.