El Tribunal apreció
cierta rigidez en su mirada. A instancias del juez principal aplazaron 10
minutos la vista y deliberaron sobre ella, la mirada del tercer miembro del
jurado popular.
Reanudado el juicio y
a pesar de la gravedad de las acusaciones que estaba alegando el fiscal sobre
el acusado, la mirada misteriosa seguía tensa. El juez hizo callar al fiscal y
ordenó al tercer miembro sonreír. El tercer miembro lo intentó varias veces,
pero el labio superior izquierdo no ejecutaba las órdenes cerebrales. El
Tribunal cancelo la vista y el juez llamó a emergencias. Nunca una sentencia
sumarísima, a un inocente, había salvado una vida.
2013_05_19- jose?
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